Este año no tuve el coraje que atesoran PacoJor, JavierMur, MiguelMur, MiguelBar y JorgeSu además de otros 200 valientes, de enfrentarme a la distancia de más de 90 kms. de la Ultra Trail Guara Somontano. Ya me rondó por la cabeza pero me acordaba cuando hacíamos rutas con la bicicleta de montaña por esos parajes hace unos veinte años y el terreno es muy, pero que muy duro. Si un territorio tiene escasa población, si ha sufrido mucha depoblación, si existen pueblos abandonados, ummm, malo, terreno jodido.
A las 7,30 de la mañana pasó a recogerme PacoJor. Durante el trayecto hacia Alquézar Paco se zampaba a duras penas un plátano y se bebía una coca-cola. Quién me iba a decir que horas después me hubiese dejado cortar un dedo por una lata de este líquido.
Al llegar, fuimos a recoger los dorsales y a tomarnos un café. Comenzamos a saludar a muchos amigos y conocidos. En el café coincidimos con los gemelos Mur, que llevaban desde las 6,30 en Alquézar, con MiguelBar y con Moreno. Después a prepararnos y a pasar el check-in. En el control del material dos jueces de excepción: JoséHernánCor y RafaSe. Era tal la cantidad de corredores y el celo de estos jueces en su labor que tras las palabras recordatorias de JaviSu y del disparo del "codete" a cargo de Toño Llorente que no pudimos hacernos la foto global de Barbastrenses. Si que pude hacerme una con algunos compañeros de la trail como MikyJi, LuisCal, JoséBi, DaniSie, DavidSo y JoaquínTo.
Salimos con la música de "el último mohicano" que nos motiva. Vamos de los últimos y andando. Decido irme adelante, me apetece esprimirme un tanto, el ritmo de los de la trail no puede ser el mismo que el ritmo de los que van a hacer la ultra, a estos les espera un palizón. Bajamos, cruzamos el río Vero por el puente de Villacantal y ascendemos por el lecho de un barranco, luego lo abandonamos y vamos subiendo fuertemente hasta llegar a la carretera, cerca del desvío a las cuevas de Arpán. Tomamos un buen camino que baja hasta Asque. Es el primer punto de control. Allí, varios amigos, entre ellos MiguelHe y JoséMariAn nos avituallan. Y otra vez hacia abajo, cruzamos el Vero por el puente de los Baños, subimos duramente y tomamos el sendero de las pasarelas. Cuando estoy sobre ellas y a pesar de que la carrera se ha abierto bastante y no hay aglomeración de corredores, se mueven bastante y pienso: "hay que salir de aquí a escape". Subimos, desnivel brutal hasta llegar a la plaza de Alquézar. Saludo a PepeCu. Oigo que dice algo así como: "jodo macho". En las piscinas Toro, barbastrense de protección civil me dice que voy el quinto de los del dorsal blanco. Tiro para arriba, adelanto a dos con dorsal blanco. Miro por primera vez el Garmin, llevo 19,97 kms., se me han pasado volando. Me acuerdo de esta distancia porque fue el primer amago de calambre. Cuando llego al control de Viña, Toño Escartín me dice que voy tercero. Trallero, mozo de Almazorre, al que conozco desde niños, va vestido de agente de la naturaleza y me rellena el camelback. Me lanzo por el sendero viejo de Viña a Radiquero. Los pies me hacen mucho daño. He cometido un error de novato. Me compré zapatillas para esta carrera el lunes y a pesar de que las he llevado casi hasta para dormir noto que no están suficientemente "domadas". Bajando esto, y cuando subo se me suben las bolas, los aductores. Intento hidratarme lo máximo a ver si se pasa. Adelanto al que va por delante. También va acalambrado. En el control de Radiquero, vuelve a estar JoséMariAn. Me hecho tres vasos de agua al gaznate y otros tres a la testa y tiro para arriba. Queda la durísima subida a "Los Meleses". Al poco de comenzar, un chico con un quad me dice que soy 5º (?). Sólo puedo ir andando, sólo pienso en la coca-cola que me voy a beber al llegar. Tengo arcadas, pero no vomito. Sólo me he tomado tres geles. Son las 12 y media y cae un sol de justicia. He ido demasiado deprisa. Paro, arranco, "tus ojos, del color de la coca-cola (Fito y los Fittipaldis)", si eso es lo que quiero. Voy pajarón, pajarón. Paro, alguien me grita por detrás, hostia, el que había adelantado antes, se ha recuperado. Intento andar más rápido pero no puedo. Me alcanza, nos presentamos, se llama Xavier, me rebasa, me saca 100 m. Veo que para, le ha dado un tirón. Esta es la mía, acelero. Cuando ve que me acerco, vuelve a andar. Giro a la derecha, bajada hasta Alquézar. Cómo corre el jodido a pesar de ir cojeando. Yo, enfilo la bajada, corro como puedo, como un pato. Es una carrera de lisiados. Lo he perdido de vista. El camino da paso a un pedregoso sendero encima de las piscinas. Ahí está, le ha debido dar otro tirón, lo tengo al alcance, 25 m. nos separan, aún lo puedo pillar. Pero, a 150 m. de meta se me subieron los gemelos de la pierna derecha. Un matrimonio francés me sostenía, mientras yo hacía presión en la acera. Tiro hasta meta, veo a Xavier en el suelo, asistido. Nada más cruzar la llegada se me agarrotaron de tal forma los gemelos que gracias al "fisio" JavierSu pude recuperarme.
Como valoración personal y a pesar de que sufrí "como un perro" los últimos kilómetros, me lo pasé muy bien. Poder correr por nuestra preciosa tierra, con el camino balizado (yo no tuve ningún problema), con voluntarios de lujo, con una perfecta organización y acompañado de tantos y tantos amigos, todos cargados de anécdotas e historias particulares no tiene precio.
Quiero felicitar sobre todo a Paco Jordán, dos veces finisher, a los hermanos Javier y Miguel Mur, a Miguel Angel Barfaluy y a Jorge Subías, por la pitera que le habéis echado. También a Javier Subías por haber estado al pie del cañón en estos momentos tan especiales.
