miércoles, 31 de julio de 2013

El peor viaje del mundo




Voy a recomendar un libro que me he leído en la playa y me ha impresionado.  "El peor viaje del mundo" fue escrito por un desconocido miembro de la expedición de Scott al Polo Sur en 1922 tras haber regresado de la Antártida y combatido en la I Guerra Mundial.
Apsley Cherry-Garrard, hijo de un general del ejército inglés, consiguió alistarse entre ocho mil aspirantes para la desventurada expedición que realizó el capitán Scott a la Antártida entre 1910 y 1913.
Cherry-Garrard estudió en Oxford Clásicas e Historia Moderna y tenía 24 años cuando se hizo a la mar en el "Terra Nova", el barco de la expedición de Scott donde hizo labores de "zoólogo adjunto" de Wilson, que era el jefe del equipo científico.  
La expedición al Polo Sur es bien conocida.  Scott se pasó más de dos meses y medio soportando ventiscas para llegar al polo. Cuando lo hizo descubrió que Roald Amundsen lo había alcanzado un mes antes. Se encontró con la bandera noruega ondeando y escribió en su diario: "¡Dios santo! Éste es un lugar espantoso".  A Scott y sus cuatro acompañantes les quedaban casi 800 millas de regreso.  Murieron de frío y de hambre a tan solo 11 millas de un refugio con víveres.
El título de este libro es un tanto engañoso.  Aunque se trata de un relato minucioso del empeño de Scott en alcanzar el Polo Sur, el peor viaje fue el de invierno, en el que Cherry y dos hombres más, Wilson y Bowers, buscaron el remoto criadero del pingüino emperador.  Las tres semanas que duró este viaje fueron espantosas y Cherry merced a sus estudios de clásicas le permitirían establecer comparaciones con los horrores casi míticos con los que iba a encontrarse. Así, una noche, a 60 grados bajo cero en un remoto campamento de la Antártida, escribió. "Dante estaba en lo cierto cuando situó los círculos de hielo por debajo de los círculos de fuego". Las 80 páginas de este capítulo son angustiosas.  Cherry-Garrard escribió: "Es imposible imaginar mayor sufrimiento -escribió después del viaje de invierno- Puede que la locura o la muerte proporcionen alivio".
Paul Theroux en la introducción dice: "No fue una idea equivocada de la masculinidad lo que animó a la expedición de Scott y le hizo seguir adelante, diría Cherry-Garrard.  Fue el deseo de saber.  La expedición de Amundsen fue un ejemplo típico de espíritu competitivo de una nación, mientras que la de Scott fue fundamentalmente una empresa científica.  La Antártida representaba lo desconocido, así que había que investigarla a fondo a pesar de los riesgos, pues tal como escribió Cherry-Garrard, "la esploración es la expresión física de la pasión intelectual"
El peor viaje del mundo trata también de cómo se superan obstáculos insalvables sin dejar por ello de conservar la cortesía y la humanidad.  Para Cherry-Garrard fue también una satisfacción que en los momentos más difíciles de su viaje de invierno sus compañeros siguieran diciendo "por favor" y ¨"gracias" y no perdieran los estribos "ni siquiera con Dios".
"El peor viaje del mundo" es considerado en el año 2001 el mejor libro de viajes de la historia por la revista National Geographic.

Apsley Cherry-Garrard

miércoles, 10 de julio de 2013

El vencejo común




Desde hace unos días estamos criando un pollo de vencejo común.  Lo encontramos en el suelo, en la plaza de la Tallada.  Cuando éramos críos recogíamos los que se caían tras su primera intentona de vuelo y los criábamos con pan con leche, pequeños saltamontes, grillos, etc.
El vencejo común (Apus apus) es un pájaro verdaderamente increíble.  Vienen desde África ecuatorial a finales de mayo, pasa con nosotros el verano y retorna a principios de septiembre.  Lo verdaderamente impresionante es que este ave no se posa nunca, sólo para nidificar.  Come, duerme e incluso copula volando.  Debido a esto sus patas son muy cortas, sólo les sirven para colgarse.  De hecho, si por algún accidente uno de ellos llega a caer al suelo, sus diminutos tarsos no son capaces de impulsarle y el vencejo queda quieto sin poder emprender el vuelo.
De pequeños, cuando observábamos que las alas superaban la longitud de la cola, esta era nuestra referencia,  les animábamos a volar.  Lo cierto es que era el propio pájaro el que decidía cuándo echarse a volar.
De momento, este que tenemos ahora, come muy bien, bebe de un bebedero que le hemos puesto, le damos de comer 4 o 5 veces.  Si todo va bien, dentro de cinco o seis días emprenderá el vuelo.

jueves, 4 de julio de 2013

La paloma torcaz



Este pollo que fotografié el otro día es un pichón de paloma torcaz, o torcaz, o torcazo (Columba palumbus).  La paloma torcaz es un ave que ha modificado sus hábitos y cuando no hace muchos años permanecía tímida y huidiza en los bosques ha pasado a acostumbrarse a la presencia del hombre en los pueblos y ciudades y no es raro verlas en parques y jardines públicos.
La paloma torcaz es la más grande y corpulenta de las palomas europeas.  La cabeza, pequeña en relación al cuerpo tiene color gris azulado.  El cuello es en la base de color rojo vinoso y sobre él destaca a cada lado una mancha blanca.  Tiene una franja blanca en la parte superior de cada ala muy visible cuando el ave vuela.  La diferencia en los sexos es acusada, no en el plumaje sino en el tamaño, la hembra es bastante más pequeña que el macho.
Se alimenta principalmente de materia vegetal, semillas y bellotas, sobre todo.  El nido poco trabajado consiste en pequeñas ramas entrelazadas y ocasionalmente hay en su interior raicillas y alguna otra materia vegetal. La puesta normal son dos huevos de color blanco. Los huevos eclosionan a los 17 días y los pollos están en el nido unos 20 días.
Al finalizar el verano la población europea de palomas torcaces emigra al sur buscando un mejor clima, atraviesan los Pirineos y llegan a España donde históricamente pasan por los mismos lugares.  Sitios que son conocidos por los cazadores que generación tras generación les han dado caza con escopeta o redes.